Compré $250,000 en Kabuto Cards. No, no es un error tipográfico. Eso son aproximadamente 100,000 láminas de cartón Kabuto en condiciones prístinas y de colección. Cinco cajas de tamaño monstruoso llenas de crustáceos de la era fósil apiladas como un Fort Knox de TCG. Un activo que el mercado de Pokémon literalmente no puede volver a imprimir, sin importar cuán alta sea la demanda. La mayoría de la gente lo llamaría locura. Pero déjame explicar la tesis. Cada carta cuesta alrededor de $300 hoy. Pero en los últimos 30 años, el precio de las cartas individuales de Pokémon vintage ha superado al IPC, al dólar e incluso a las acciones tecnológicas, con cartas selectas que han aumentado cientos o miles de por ciento desde finales de los 90. Mientras tanto, la oferta no solo es fija, sino que está disminuyendo. Las cartas se pierden. Se dañan. Se clasifican. Se acumulan. Se destruyen por hermanos menores. Es solo cuestión de tiempo antes de que la nostalgia vuelva a dispararse, las tiradas de impresión se reduzcan aún más y la próxima generación de coleccionistas se dé cuenta de que la era original está permanentemente limitada. Entonces, ¿qué pasa cuando la franquicia más reconocible del mundo choca con la escasez absoluta? Aquellos que tienen los fósiles OG, el verdadero cartón, verán cómo los precios se disparan y el mercado se agita por cualquier cosa con un sello vintage. Al igual que los cómics raros, pero con más relevancia cultural y una base de coleccionistas más global. Por lo tanto, mi posición de $250,000 no es un "acaparamiento." Es una apuesta asimétrica a que la nostalgia de la infancia se acumula, la oferta sigue ajustándose y el piso de Kabuto sigue subiendo. ¿Peor caso? Estoy largo $250,000 en la franquicia de cartas coleccionables más icónica del mundo. Coleccionables físicos con demanda global, cero riesgo de contraparte y una base de fans que se niega a envejecer. ¿Mejor caso? Los precios se triplican, los cuellos de botella en la clasificación aprietan aún más la oferta, o Pokémon declara el set de Fossil como un artefacto patrimonial, haciendo que las cartas de Kabuto de legado sean finitas, codiciadas y sin precio para los obsesionados y los oportunistas por igual. No es cripto. No son acciones. Ni siquiera es holográfico....