Los aranceles han tenido un impacto negativo en todo, desde los precios de los comestibles hasta el crecimiento de los salarios, y gran parte de la derecha institucional que durante mucho tiempo se opuso a los aranceles ahora se niega a hablar en contra de los aranceles porque quieren un asiento en la mesa de Trump. Dejaron de hablar en contra del antisemitismo porque pensaron que eso atraería a los hombres jóvenes hacia ellos. Y ahora son cómplices de corromper la comprensión de la derecha tanto de la economía como de la moralidad, cortando así todas las patas del taburete para poseer a la izquierda.