Un convoy israelí que avanzaba lentamente pasó junto a Nazih Masalma, de 14 años, mientras esperaba cerca de su casa su autobús escolar en una aldea al suroeste de Hebrón, en la Cisjordania ocupada. Sin detenerse ni decir una palabra, un soldado abrió la puerta de un jeep y desde unos cinco metros disparó un bote de gas lacrimógeno directamente a la cara del joven de 14 años. Nazih se derrumbó en sangre, su hermana gritó que estaba muerto. Los vecinos lo llevaron a través del gas a una clínica, luego a hospitales en Dura y Hebrón, donde los médicos le extirparon el ojo para detener el sangrado y lo operaron repetidamente en fragmentos y una mandíbula rota. Nazih pasó seis días en cuidados intensivos y todavía no puede dormir, hablar mucho o soportar el ruido. Los vecinos capturaron el momento en video, pero tienen miedo de publicarlo, por temor a represalias del ejército y redadas en sus casas si publican evidencia de las acciones del soldado. Basado en un informe de los periodistas de Haaretz Gideon Levy y Alex Levac. Crédito de la foto: Alex Levac