La participación laboral de Ohio ha disminuido de casi el 70% a principios de siglo al 62% actual, casi dos tercios de los beneficiarios de Medicaid sin discapacidad no trabajan ni buscan empleo, los empleadores en nuestro estado luchan por cubrir puestos vacantes y la epidemia de salud mental también empeora como consecuencia. Es hora de pasar de la asistencia social permanente a requisitos laborales sensatos. Esa es la verdadera compasión, la alternativa es la crueldad.