Le pregunté si le habría gustado más si hubiera sido un médico rico o algo así. Estaba con los ojos brillantes y deseando pensar en lo impresionante que me habría dejado eso a sus ojos. su respuesta— "No, probablemente me habrías gustado menos". Confundido, le pregunté por qué y me dijo: "Disfruto siendo yo quien te enseñe cosas y a quien acudes para pedir ayuda." La mente masculina es increíblemente sencilla con sus deseos por una mujer, ser agradable, poder cocinar algunas comidas, no seas gordo y te rías de sus chistes, todos los doctorados y logros del mundo no pueden competir con esto.