Gracias a las inversiones municipales en infraestructuras de captación de aguas pluviales, Los Ángeles cuenta con casi 5.500 millones de galones más de agua tras las recientes tormentas. Esto forma parte de un impulso a largo plazo para aumentar el suministro local de agua, reducir la escorrentía hacia el océano y hacer que Los Ángeles sea más resiliente ante el clima.