Si alguien no entiende lo que has dicho, no es culpa suya. Eso es culpa tuya. No construiste el puente lo suficientemente limpio. Dejaste huecos en el andamio. Esperabas un salto donde deberías haber trazado camino. El trabajo de un narrador no es tener razón... Debe ser recibido. Si el público no entiende el punto, el fallo no es su cognición, sino tu construcción. No sintonizaste la señal. No habías tenido en cuenta sus antecedentes. No moldeaste la idea para que realmente pudiera funcionar. El malentendido rara vez, si es que alguna vez, es un problema de los lectores. Es un problema del autor. El mundo no debe comprensión a tus pensamientos. Le debes claridad al mundo.