Los hombres funcionan con una meritocracia pura. El mejor cazador se queda con la lanza, o todos se mueren de hambre. Las mujeres funcionan mediante la redistribución coercitiva. Usan la fuerza para asegurarse de que sus hijos más pequeños y débiles reciban comida. Por eso, cuando las mujeres ganan poder político, se produce el socialismo o el comunismo.