Bezos tiene razón. No inventamos los transformadores. Descubrimos un algoritmo que hace crecer redes neuronales tan complejas que no podemos explicar completamente cómo piensan. Se siente menos como programar y más como descubrir un segundo tipo de cerebro, construido a partir de matemáticas en lugar de células. La inteligencia humana fue el descubrimiento de la evolución. Los transformadores podrían ser el nuestro.