Cada mercado de deuda a largo plazo está en un cambio secular hacia rendimientos mucho más altos a medida que se incorpora la dominancia fiscal. Los rendimientos fluctúan con el petróleo (en mínimos) y las declaraciones de la Fed, pero este cambio de régimen ha llegado para quedarse hasta que la inflación y la reducción del déficit se conviertan en ideas políticas de consenso.