Esa no es la peor parte. Muchos hoteles nuevos se construyen o se remodelan de tal manera que las ventanas no se abren en absoluto, o si lo hacen, es solo una pequeña rendija, no una ventilación real. Así que después de un largo vuelo y una hora de taxis, metros y aire reciclado de cabina, finalmente llegas a tu habitación, y aún no puedes respirar ni una sola bocanada de aire fresco. la peor parte de viajar