Akira (1988) es cine cyberpunk tallado en neón. Katsuhiro Otomo llevó la animación al límite, con más de 160,000 celdas dibujadas a mano y movimientos de boca inusualmente detallados sincronizados antes de la grabación de voz, una rareza en el anime. Cada fotograma vibra con energía distópica.