"Ciudades para Robots" no es sorprendente. Se alinea con cómo el poder reconfigura el mundo. Cuando llegaron los motores, las ciudades se reorientaron en torno al rendimiento. Cuando llegaron las redes, las empresas se reorientaron en torno al ancho de banda. Los sistemas autónomos impulsan la próxima reorientación: espacio físico optimizado para máquinas que ven, predicen y actúan constantemente, todo conectado a redes de inteligencia en crecimiento. Esto no es un reemplazo; es un cambio en quién es el usuario predeterminado del mundo físico. Y no sentiremos que estamos siendo reemplazados.