La seguridad a largo plazo de Bitcoin depende de un mercado de tarifas fiable. Cada halving reduce la recompensa por bloque, disminuyendo el subsidio que históricamente ha financiado a los mineros. Eventualmente, las tarifas deben cubrir el costo total de asegurar la red. La pregunta es si habrá suficiente actividad significativa para sostener ese modelo. Las transacciones de consumidores por sí solas no generarán el volumen requerido. A medida que la oferta monetaria de Bitcoin se estabiliza, la próxima fuente de ingresos provendrá de la ejecución financiera de alto valor. Los acuerdos estructurados, la emisión de activos y la coordinación institucional requieren todos liquidación final. Cada una de esas operaciones produce transacciones que son menos en número pero mucho más altas en valor, creando una base duradera para los ingresos de la red. La emergente economía de tarifas de Bitcoin no es un efecto secundario técnico, sino un principio de diseño financiero. Vincula los incentivos de los mineros directamente al rendimiento económico real. Cuando las finanzas estructuradas y los mercados de capital operan dentro de la capa de liquidación de Bitcoin, crean transacciones recurrentes y densas en valor que justifican tarifas más altas sin socavar la accesibilidad. Esta dinámica convierte el mercado de tarifas en el motor económico a largo plazo de Bitcoin. En lugar de depender de recompensas por bloque en disminución, los mineros son pagados a través de actividades que representan una demanda de mercado genuina. Cuanta más ejecución institucional se liquide en Bitcoin, más fuerte se vuelve su presupuesto de seguridad. Una economía productiva de Bitcoin no solo beneficia a los participantes a través de rendimiento o eficiencia. Asegura que el modelo de confianza de la red siga siendo autosostenible durante décadas por venir 🟠