La vivienda americana no es inasequible porque esté bien construida, sino porque es escasa. Construir es caro, no porque sea de alta calidad, sino por la captura regulatoria de la industria de permisos y construcción.
La mayoría de las personas tienen la intuición de que la forma de reducir los precios es construir viviendas que sean peores que el stock existente. En cambio, las casas nuevas deberían ser mejores que las viejas, para que las personas que pueden permitírselo se muden a viviendas de mejor calidad, y la vivienda existente se vuelva más barata gracias a la oferta.
Es tentador pensar que los permisos se obtienen más rápido si se contratan más personas para otorgarlos. California demuestra que lo contrario es cierto. Los permisos tardan una eternidad y son increíblemente caros, porque tantas personas quieren ser pagadas por considerar negarte un sello.
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