En mis aventuras de mochilero en mis 20 años, fui con un grupo de amigos en un tren de clase 4 (por si no lo sabías, los trenes indios tienen 7 clases) Unas 15 horas, una noche, en total con paradas: Delhi - Agra - Jaipur - Udaipur. Las literas son para 2 personas, así que reservé 2 lugares para poder dormir solo. Sin embargo, tuve un invitado no deseado en medio de la noche que intentó acurrucarse conmigo y tuve que sacarlo a la fuerza de mi litera porque no entendía que le mostraba los dos boletos que había reservado. Todavía recuerdo la voz ronca del vendedor de chai gritando su oferta de productos "chai chai chai chai" desde las 4:30 de la mañana. Todavía recuerdo el viejo ventilador de metal que colgaba del techo, que hacía más ruido que alivio del calor. Todavía recuerdo el olor a sudor y curry, mientras los pasajeros locales comían en sus literas con las manos desnudas y luego dejaban el desorden alrededor. Era mi primer viaje a Asia también. Después de esto, nada más podría sorprenderme en mis viajes. Fue como aprender a nadar saltando en aguas infestadas de tiburones con un peso en los tobillos. ¿80 horas en la clase más baja? Nahh, amigo.