Si sientes que tienes que invocar una declaración presidencial de 1823, al menos deberías leerla primero. Porque la "Doctrina Monroe" no hace nada para autorizar a Estados Unidos a derrocar a los gobiernos del hemisferio occidental que no le gusten. Es una advertencia a las potencias coloniales europeas contra futuras "interposiciones" en los estados recién independizados de América. Ni siquiera prohíbe que esos estados mantengan relaciones económicas o políticas con las potencias europeas. "No se objeciona a las colonias o dependencias existentes de cualquier potencia europea". Simplemente declara que cualquier intento futuro de "colonización" por parte de las potencias europeas —"con el propósito de oprimir" a los estados independientes— será considerado un acto "hostil" hacia Estados Unidos. En 1823, Estados Unidos apenas tenía la capacidad de derrocar a cualquier gobierno que quisiera en Sudamérica y Centroamérica. Así que es más una declaración de neutralidad o no intervención que otra cosa. Desde luego, no exige que los estados del hemisferio se ajusten a las estructuras de gobierno preferidas de Estados Unidos, ni que sufran un derrocamiento violento. Estas nociones de conquista imperial hemisférica solo se popularizarían en Estados Unidos unos 75+ años después. En resumen, nada en la Doctrina Monroe tiene relación con la situación actual de Venezuela, a pesar de los intentos de invocarla de forma trivializada por parte de personas que seguramente durmieron esa sección de Historia de Estados Unidos.