EE. UU. está gastando como si estuviera en guerra En solo 48 días, la deuda federal ha aumentado +1 billón de dólares o 21 mil millones de dólares por día. Desde el año pasado, la deuda nacional ha subido +2 billones de dólares hasta 37.2 billones de dólares, en camino de superar los 40 billones de dólares para 2027. Solo en julio de 2025 se registró un déficit de 291 mil millones de dólares; el segundo julio más grande de la historia. El gasto está aumentando un 9.7% mientras que los ingresos se quedan atrás con un 2.5%. Este no es un problema de tasas de interés. Incluso si la Reserva Federal recortara 100 puntos básicos en toda la deuda pública de 29 billones de dólares, los ahorros serían de aproximadamente 291 mil millones de dólares por año. Los déficits seguirían superando los 1.5 billones de dólares anuales. El problema es el gasto excesivo estructural: EE. UU. está gastando aproximadamente el 44% del PIB; niveles vistos solo en la Segunda Guerra Mundial y en 2008. El gasto deficitario se ha convertido en la columna vertebral de la economía. EE. UU. ha promediado un déficit del 9% del PIB durante 5 años; más alto que los niveles de recesión en los años 80 o 2001. Recortar el gasto arriesga una depresión, pero no hacer nada asegura una eventual quiebra. El mercado lo está notando. Las subastas de bonos están mostrando colas, rendimientos por encima del 5%; los inversores ahora exigen primas de riesgo más altas por la deuda de EE. UU. Esta es la primera grieta en la fachada. ¿El resultado? Una espiral fiscal. Más deuda → mayores costos de interés → mayores déficits → más deuda. No hay una salida indolora. O recortas el gasto, o el sistema te recorta a ti. Si quieres una salida de este agujero, solo hay una cobertura contra el camino terminal de la moneda fiduciaria: Bitcoin.