Llamó a la puerta esperando una firma. En su lugar, un aterrorizado niño de 8 años corrió directamente a sus brazos... James ha recorrido la misma ruta durante seis años. Conoce las casas, los perros y, por lo general, a las familias. Pero la casa en Highland Avenue siempre le daba una mala sensación. Por lo general, las persianas estaban cerradas y todo estaba demasiado tranquilo. Hoy, caminó por el camino con una caja, escaneando la etiqueta. Antes de que pudiera tocar, la puerta se abrió de golpe. No era un padre quien lo saludaba. Era Ethan, de 8 años. Llevaba pijamas de Spider-Man, descalzo sobre el frío concreto, y sus ojos estaban muy abiertos de terror. Desde lo profundo de la casa, James escuchó el inconfundible sonido de cristales rompiéndose y los gritos borrosos y enojados de un hombre. Ethan no esperó el paquete. Salió corriendo por la puerta de pantalla, chocando directamente contra las piernas de James, hundiendo su rostro en el uniforme del conductor. "¡Está lastimando a mamá!" sollozó, su pequeño cuerpo temblando violentamente. "¡Por favor!" James no revisó su agenda. No dejó caer la caja. Dejó todo y levantó al niño, apresurándose lejos del porche y hacia la seguridad de su camión. Una vecina, que había estado observando la conmoción desde su jardín, ya estaba al teléfono con el 911. James se sentó en el parachoques trasero del camión, posicionándose como un escudo humano entre el niño y la casa. Ethan estaba hiperventilando, aterrorizado de que su padre saliera. James simplemente envolvió sus brazos alrededor del niño tembloroso, ignorando el frío. "Te tengo, amigo," seguía susurrando, frotando la espalda del niño. "Estás a salvo. No me voy a ir a ningún lado. Estás a salvo." Se quedaron allí durante diez agonizantes minutos hasta que las sirenas sonaron por la calle. Los oficiales asaltaron la casa, llevando al padre bajo custodia y asegurándose de que la madre de Ethan estuviera a salvo. James se quedó justo allí en el parachoques hasta el final. ...