La versión dramática es "Se vacía la cartera de Satoshi." La verdadera cuestión es cómo evolucionan la inteligencia, el hardware y la coordinación humana entre sí, especialmente a través de infraestructuras abiertas y descentralizadas en lugar de unos pocos puntos de estrangulamiento centralizados. Quantum no es magia. La ley de Neven era una observación, no una profecía, y romper secp256k1 aún requiere miles de qubits lógicos estables y miles de millones de operaciones coherentes. Aún no estamos en ese barrio, pero se puede ver la carretera asfaltada. Aunque la física llegue, las firmas son el punto débil mucho antes de los hashes, y Bitcoin no está congelado. Ya existen firmas híbridas o post-cuánticas; La parte difícil es la gobernanza y conseguir que la gente realmente migre. Donde las cosas se ponen interesantes es con la motivación y la automatización. Estados nación como Corea del Norte tratan el robo de criptomonedas como una estrategia de divisas extranjeras, y no están esperando a hardware perfecto. La IA es el multiplicador de fuerza. Los agentes ya pueden barrer cadenas en busca de UTXO obsoletos, monederos de clúster y crear phishing de precisión. Piensa menos en "un hacker con una caja mágica" y más en "trading de alta frecuencia para el espacio de llaves y el comportamiento humano". Dale una década y obtienes pipelines de exploit totalmente automatizados que rodean cualquier capacidad cuántica existente. Lo mismo ocurre con la defensa. La IA se situará junto a desarrolladores principales y redes descentralizadas, mapeando continuamente las salidas en riesgo, modelando rutas de actualización y escaneando patrones de firma anómalos mucho antes de que se haga público el corte. Tienes un red teaming continuo impulsado por IA en toda la superficie criptográfica. Así que la verdadera pregunta no es "¿se romperá una cartera antigua?" Es si la coordinación acelerada por IA en defensa puede superar a los atacantes acelerados por IA y al hardware cuántico eventual. Esa es la verdadera carrera: la inteligencia acelerando a ambos bandos, y el ecosistema aprendiendo a moverse más rápido que los riesgos que crea.