Japón está en una situación terrible. Una alta deuda significa que tiene que elegir constantemente entre un yen en caída o permitir que los tipos de interés suban. El BoJ esta semana eligió lo segundo y señala una subida de tipos en diciembre. Los rendimientos a largo plazo como los 10y20 a futuro (rojo) han vuelto a los máximos de agosto.
La plata (línea púrpura) está ahora muy por encima de su máximo de mediados de octubre. Están ocurriendo cosas muy extrañas en los mercados globales y el comercio degradado está en la raíz de muchos de estos movimientos. Los mercados buscan refugios seguros frente a la monetización de la deuda y saltan de un activo a otro...
La inflación subyacente en cada uno de los G4 se ha estabilizado muy por encima de su equilibrio previo a la COVID y, en la mayoría de los casos, está por encima del objetivo del 2%. No se trata de choques de oferta, sino de demanda y de una economía global que está en auge. No es de extrañar que tengamos el "comercio de devaluación".