Desde que tengo memoria, ha habido una cultura de adultos que desprecian a los niños. "Son solo niños, no saben nada mejor, no saben de lo que están hablando". Son solo niños. Ha sido desdeñoso, condescendiente y egoístamente arrogante. Los niños de hoy ya no son solo niños, no tienen otra opción. Están expuestos a desafíos sistémicos, violencia, opresión, miedo desde una edad muy temprana y de una manera alarmantemente visceral gracias a su afinidad exponencialmente creciente con las redes sociales. Son estas mismas redes sociales las que también les permiten consumir información desde diversas perspectivas y recursos a diferencia de nuestros mayores, lo que les permite formar sus propios pensamientos y opiniones sobre temas actuales. Las redes sociales también permiten a los niños organizarse y unirse a una velocidad sin precedentes. Los niños también tienen una propensión significativamente mayor a actuar según sus creencias, principalmente porque están cansados del impacto desproporcionado que las decisiones de las estructuras de poder arcaicas tendrán en el resto de sus vidas. Cosas como una economía en declive, el desempleo, la crisis de la vivienda, el cambio climático, la inseguridad alimentaria, afectarán a los niños de hoy en las próximas décadas, por lo que depende de los niños asegurar su futuro cuando los adultos les fallen. No tengo ninguna duda de que el activismo y los esfuerzos colectivos de los jóvenes en Nepal no serán olvidados. Debería enviar y enviará maremotos a través de la geopolítica global de que los niños han crecido y son capaces de luchar por sus creencias. Los niños estarán bien.