Un hábito que merece la pena construir: Cuéntate a la gente el impacto específico que tuvieron en ti. No "gracias por todo". Pero, "la forma en que gestionaste esa reunión me enseñó confianza." Los elogios genéricos se olvidan. La mayoría de la gente no tiene ni idea de lo que hace bien. Enséñaselo.